viernes, 21 de noviembre de 2008

Soneto al oso




En alguna de mis andanzas por las misteriosas librerías de la calle de los Donceles, en el centro histórico de la ciudad de México, me encontré este librito sin fecha. Por solo 4 pesos pude adquirirlo, y el único motivo para incluirlo en mi magra biblioteca fué este sonetito de jocosa temática y poco afortunada rima poética. Se los dejo, disfruten a Paulino Ortiz.



martes, 11 de noviembre de 2008

Apocalípticas visiones desde la urbe mexica.

¡Santo Dios! ¡Santa Bárbara doncella, libranos de una centella!

¡Valgame el cielo! Malos augurios caen por sobre esta mefítica capital, los enemigos del buen gusto y la lógica construyen pistas de hielo tropicales, los aviones caen en las Lomas, la tierra se abre en profundas grietas, y ahora esto, del suelo se levantan llamaradas intempestivas y deflagran sobre los transeúntes. ¡El fin de los tiempos está cerca, ciudad mounstrosa! ¡Tus pecados acumulados pesan tanto en la delgada costra del antiguo lago, que te hundirás en las entrañas del valle que te vio nacer hasta convertirte en la deforme mancha que avanzaba sin cesar! ¡Plañideras llorad! ¡Burócratas robad! ¡Estudiantes abandonad sus cátedras! ¡Que todo el mundo presencie el réquiem de una ciudad mal gobernada por siglos, y mal habitada en el último! ¡Y que a todos les jalen las patas las brujas en las noches! ¡San Hipólito mártir, Santísima Virgen de la Asunción, Glorioso Patriarca San José, San Felipe de Jesús que naciste en esta urbe, salvadnos del Apocalipsis mexica, de Carlos Slim, de tener un gobierno sano, honesto y cumplidor!



El centro, bomba de tiempo ante la “casi nula” inversión federal

■ El GDF destina $500 millones al año para rehabilitar y mejorar calles, e instalar ductos nuevos para cableado que no han sido usados, dicen

■ Confían en que el Congreso asigne $125 millones

Laura Gómez Flores

El 30 de octube pasado ocurrieron al menos tres estallidos, seguidos de incendios, en registros de cableado eléctrico en el Centro Histórico

El 30 de octube pasado ocurrieron al menos tres estallidos, seguidos de incendios, en registros de cableado eléctrico en el Centro Histórico Foto: Víctor Camacho

El Centro Histórico “se ha convertido en una bomba de tiempo. La causa: falta de inversión de las autoridades federales en la renovación, modernización y mantenimiento del sistema de conducción eléctrica en los últimos 50 años”, señalaron la autoridad y el director del fideicomiso del Centro Histórico, Alejandra Moreno Toscano e Inti Muñoz Santini, respectivamente.

Lo anterior, agregaron, ha derivado en una serie de estallidos en las calles Balderas, Isabel La Católica, Regina, Venustiano Carranza, Palma, Donceles, Brasil, Uruguay, Correo Mayor y Academia, que “pueden repetirse en el futuro inmediato y en mayor escala”.

Informaron que ante el riesgo existente para casi 2 millones de personas que viven, trabajan o se desplazan en esta zona todos los días, el 4 de noviembre anterior solicitaron a la Cámara de Diputados que en el presupuesto federal para 2009 asigne al gobierno capitalino 125 millones 753 mil pesos, dentro de la partida para la Protección Civil en las entidades federativas.

Los recursos se destinarían a la realización inmediata de trabajos de mantenimiento, modernización y ampliación de los sistemas de control supervisorio, transformadores y cableado de 23 mil y 220 voltios de la red de distribución de energía eléctrica; aun cuando para resolver de fondo esta problemática se requieren entre 300 y 400 millones de pesos, de acuerdo con integrantes del Observatorio Ciudadano de Energía, señalaron.

En conferencia de prensa conjunta precisaron que estos incidentes no son nuevos en los perímetros A y B del Centro Histórico, presentándose uno o dos cada cuatro meses en promedio, lo cual es señal de que “estamos en un punto crítico y se requiere un atención urgente de las autoridades federales, impostergable, porque es un riesgo de seguridad nacional. Por ello lo estamos exponiendo ante la opinión pública, no para alarmarla, sino para que la gente conozca la situación”.

En los 10 años anteriores, señalaron, la administración capitalina ha hecho un gran esfuerzo para transformar el Centro Histórico, lo que ha implicado una inversión anual de 500 millones de pesos para la rehabilitación y mejoramiento de sus calles, incluida la instalación de ductos nuevos para que Luz y Fuerza del Centro coloque el cableado eléctrico, pero “no han sido usados. Además desconocemos la existencia de planos de distribución eléctrica, que deberían estar a disposición de la ciudadanía”.

El gobierno federal, señaló Muñoz Santini, ha “estrangulado” a Luz y Fuerza, al no otorgarle el presupuesto necesario para las acciones requeridas, “colocándonos en una situación de riesgo”, pues sólo destina 10 millones de pesos al mantenimiento de la infraestructura física del Centro Histórico, cuando es el principal patrimonio de la humanidad de los mexicanos, y ahí tiene 180 edificios y dependencias.

Los avances de los dictámenes periciales indican que los estallidos de la semana pasada se deben a fallas diversas en el sistema de conductores eléctricos, producidas por un conjunto de sobrecargas que, a su vez, han venido provocando un calentamiento excesivo de la red con las altamente peligrosas consecuencias que se han conocido en la opinión pública en los últimos meses, por lo que “confiamos en que la Cámara de Diputados atenderá nuestra solicitud”, indicó.

Hasta ahora la inversión federal en el Centro Histórico es “casi nula, se ha desatendido, cuando es un asunto de corresponsabilidad, porque se trata de la capital del país”, dijeron, y destacaron que técnicamente es posible acceder a esos recursos. En caso contrario, se impulsará un programa emergente, pues “no podemos dejar pasar esta situación que ya dejó tres lesionados el pasado 30 de octubre y uno más el viernes 7 de noviembre”, agregaron.

http://www.jornada.unam.mx/2008/11/10/index.php?section=capital&article=036n1cap


viernes, 7 de noviembre de 2008

Catrinas sobre el Ayuntamiento de la Ciudad de México.

A mediados del siglo pasado, la vialidad de la ciudad de México ganó la avenida 20 de noviembre mutilando a su paso el templo de San Bernardo, la casa de San Felipe de Jesús, y dejó una esquina más frente a la plaza mayor que ocupó el Ayuntamiento de la Ciudad. Así, construyeron un edificio "gemelo" con portales hacia la plaza y torreones en las esquinas. El día, o mejor aún, la noche del festejo de los muertos, tuvieron el buen tino de iluminar la fachada con grabados del inmortal Posadas, la Catrina y el rostro de la muerte en el baile.
En el edificio del otro lado, el viejo, se puede admirar el Salón del Cabildo de la Muy Noble y Muy Leal Ciudad de México, una curiosidad rescatada por el GDF gratuita.


sábado, 1 de noviembre de 2008

Tapetes de muertos en el CIE


Los caminos de regreso para nuestros muertos, fueron recreados por los alumnos del CIE en el patio de la escuela. Es una tradición antiquísima, que mucho le debe a la ceremonia prehispánica y a la procesión barroca católica.

En el imaginario mexicano, recuerdo los tapetes que hacen en Tlaxcala, grabados religiosos, estampas católicas y palomitas, roleos, diamantina, incienso y la Virgen de Ocotlán. El barroco todavía habita entre nosotros, nunca nos dejó, llegó para quedarse.
Alejo Carpentier, http://books.google.es/books?hl=es&lr=&id=qmaC2FXZHqQC&oi=fnd&pg=PA15&dq=Alejo+Carpentier+Realismo+M%C3%A1gico&ots=-YpNAQ72AP&sig=Uatf8W_sX4R1fLRv7VvvZb8YGro#PPT1,M1 revivió el espíritu del exceso barroco en el realismo mágico, que es su derivación natural con el paso de los siglos y los estilos artísticos por Latinoamérica.


Tzompantli, calzada franqueada por cráneos hilerados, muy del estilo azteca descarnado, hostil. La tribu que se resguardó tras años de esclavitud de las ciudades ribereñas, en un islote virgen, comenzó a alimentarse de víboras, alimañas, a modificar el ambiente agresivo y civilizar el centro de un enorme lago, someter a las ciudades cercanas, y establecer un imperio militar y comercial poderoso. El hálito espartano de sus esculturas, relieves, etc, se repiten como constante en sus ciudades y centros ceremoniales.

Clavo de Tzompantli, reutilizado en el interior del templo de San Bernardino Xochimilco, fundación franciscana, siglo XVI.
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