martes, 30 de junio de 2009

José Emilio Pacheco, homenaje en el Palacio de Bellas Artes.

Perra vida

Despreciamos al perro por dejarse
domesticar y ser obediente.
Llenamos de rencor el sustantivo perro
para insultarnos.
Y una muerte indigna
es morir como un perro.

Sin embargo los perros miran y escuchan
lo que no vemos ni escuchamos.
A falta de lenguaje
(o eso creemos)
poseen un don que ciertamente nos falta.
Y sin duda piensan y saben.

Así pues,
resulta muy probable que nos desprecien
por nuestra necesidad de buscar amos,
por nuestro voto de obediencia al más fuerte.
José Emilio Pacheco, Ciudad de la memoria. (Poemas 1986-1989), México, Era, 1989



El orden, Josep Bartolí (1910-1995)





Fragmento del discurso de Elena Poniatowska en la entrega de la Medalla Bellas Artes.