miércoles, 17 de diciembre de 2008

Dos rostros del Centro Histórico de la Ciudad de México

La Ciudad de México, en los predios del Centro Histórico, esconde varios rostros que, con un poco de detenimiento, puedes encontrar entre los edificios. Bellas caras que interrogan, que han visto pasar bajo sus pupilas pétreas años muy interesantes de la capital.



Arquivolta del arco de entrada. Banco de Londres. 16 de Septiembre esquina con Bolívar.

"El poeta pide a su amor que le escriba"

Amor de mis entrañas, viva muerte,
en vano espero tu palabra escrita
y pienso, con la flor que se marchita,
que si vivo sin mí quiero perderte.

El aire es inmortal. La piedra inerte
ni conoce la sombra ni la evita.
Corazón interior no necesita
la miel helada que la luna vierte.

Pero yo te sufrí. Rasgué mis venas,
tigre y paloma, sobre tu cintura
en duelo de mordiscos y azucenas.

Llena pues de palabras mi locura
o déjame vivir en mi serena
noche del alma para siempre oscura.
Federico García Lorca






Remate del edificio sobre Artículo 123 en su esquina con López.

NOCTURNO DE LA ESTATUA

A Agustín Lazo

Soñar, soñar la noche, la calle, la escalera
y el grito de la estatua desdoblando la esquina.
Correr hacia la estatua y encontrar sólo el grito,
querer tocar el grito y sólo hallar el eco,
querer asir el eco y encontrar sólo el muro
y correr hacia el muro y tocar un espejo.
Hallar en el espejo la estatua asesinada,
sacarla de la sangre de su sombra,
vestirla en un cerrar de ojos,
acariciarla como a una hermana imprevista
y jugar con las flechas de sus dedos
y contar a su oreja cien veces cien cien veces
hasta oírla decir: «estoy muerta de miedo».

Xavier Villaurrutia